UNO DE NOVIEMBRE. - TODOS LOS SANTOS-.

Me levante con el silencio de la mañana y fui hasta la cocina a prepararme un café. Mientras daba vueltas en el microondas, preparaba las pastillas. Protector y ansióliticos.

Tome aquel cafe y me dirigí por aquel pasillo oscuro hacia la entrecerrada puerta de la habitación de donde salia la luz de la lampara de la mesilla.
Saque la ropa del trabajo y baje las escaleras hacia la entrada o salida del portal.
Bloques de pisos creados por una cooperativa llamada Pablo Iglesias en 1981.
No recuerdo y pienso en la situación de usar el ascensor y coincidir con algún vecino dentro del mismo.

Hacía 17 años que trabajaba en la misma empresa.

Fui al cementerio aquel mismo, uno de noviembre.
El trayecto se me hizo corto. Hoy era imposible aparcar alli.

Vimos aquel entierro el mismo día de todos los Santos.
Aquel hombre que enterraban estaba rodeado de su familia y amigos.
Mis compañeros y yo, los acompañamos entre aquellos cipreses.

Allí, en ese lugar que nos despide de este lado del mundo, aquella niña me dijo:
" ¿Puedo cojer una flor para dársela a mi padre?".
Aquel día dejé mi trabajo......

LA TRISTEZA DEL ENTERRADOR.
" No le temo ni a la vida, ni a la muerte".