SUBMUNDOAVILA.




" NO TENGO NI LA MITAD DE MIEDO A SATAN COMO EL QUE TENGO A LOS QUE LE TEMEN. "


Santa Teresa de Ávila 1515 - 1582



miércoles, 12 de marzo de 2014

DIOS NO EXISTE // GOD DOES NOT EXIST // DIEU N'EXISTE PAS


Sobre el argumento según el cual los seres humanos somos religiosos por naturaleza.

Afirmar que la religiosidad es una condición inherente a la naturaleza humana es una aseveración simplista e infundada que se origina en el pensamiento supersticioso del humano primitivo. Es un argumento que atestigua la necesidad de una realidad trascendente que todo creyente experimenta al momento de emprender una búsqueda fuera del mundo real. Y después de todo, ¿qué aporta al ser humano la religiosidad? En realidad, las creencias y los ritos que de ellas devienen aportan muy poco. Implica adoptar, para con algo de lo cual nada se sabe, una actitud de completa confianza, de total entrega. Y entendida así, toda creencia es apenas una búsqueda de respuestas justamente donde éstas jamás podrían estar.

Se ha dicho que el ser humano es religioso por naturaleza, pero si esto fuera así, significaría que quien no es religioso no responde a su naturaleza por completo; algo que, evidentemente, es falso. Basta con percatarnos que sin injerencia externa o inoculación cultural, el individuo no desarrolla una idea de dios; por lo que la religiosidad pareciera no ser un comportamiento nato del ser humano. De hecho, todo lo que se presume del plano sobrenatural responde estrictamente a pautas culturales; de ahí que existan tantas creencias y dioses como culturas.

La religiosidad se traduce en una serie de costumbres aprendidas a temprana edad y persigue una relación imaginaria con aquello que no podemos conocer ni verificar. Además, la única manera en que la religiosidad supone un efecto positivo sobre quien la practica, es a través de la aceptación de ideas sin que éstas sean cuestionadas o demostradas verídicas; algo que, sin lugar a dudas, es absolutamente opuesto a nuestra naturaleza racional e inquisitiva.

La humanidad ha generado cambios y evolucionado en términos sociales; ha enaltecido criterios como la libertad, la igualdad y la fraternidad por sobre muchísimas conductas erradas de nuestros predecesores. Pero, aún hoy, basta con que el fanatismo religioso se interponga, para entorpecer los avances y retrotraernos a épocas de totalitarismo, sectarismo y violencia. Incluso si fuese parte de nuestra esencia, y dudo que así sea, la religiosidad no conlleva sino parálisis intelectual y estancamiento. Por ello, considero que, como sucede con tantos otros rasgos indeseables de nuestro comportamiento social, nos vemos en la necesidad de combatirla e imponer nuevos paradigmas, alcanzando así la certidumbre de estar obrando en concordancia con la única tendencia natural que debemos seguir: la racionalidad.

Ilustración de la publicación: Cada año, en las fiestas musulmanas del Ashura, miles de personas, incluso niños, golpean sus cráneos con espadas hasta cubrir sus rostros y cuerpos de sangre.

-Pablo-

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