SUBMUNDOAVILA.




" NO TENGO NI LA MITAD DE MIEDO A SATAN COMO EL QUE TENGO A LOS QUE LE TEMEN. "


Santa Teresa de Ávila 1515 - 1582



lunes, 24 de octubre de 2016

EL MOVIMIENTO DEFINITIVO.


Recuerdo un artículo de Juan Luis Aróstegui en el que, a colación del vergonzante pacto alcanzado entre Sánchez y Rivera tras el 20-D, emitía una legítima crítica al comportamiento de ciertos jóvenes socialistas ceutíes que, en su día, habían parecido albergar, por encima de siglas y lealtades partidistas, cierto compromiso real con los valores de la izquierda. Todo quedó en nada cuando comenzaron a defender sin pudor alguno un acuerdo que, se ha demostrado, siempre fue perfectamente asumible por el Partido Popular. Asumían que “socialismo es lo que hace el PSOE”.
http://www.ceutaldia.com/content/view/115260/188/
El nacimiento del PSOE no se produjo hace 137 años, como a sus fieles les encanta repetir con fervor y orgullo. Este PSOE nace en 1974. Con el liderazgo de Felipe González surgido de aquel Congreso de Suresnes, el Partido Socialista, desaparecido durante una lucha contra la dictadura protagonizada por el PCE, emprenderá entonces un camino acorde con los designios marcados por el stablishment. Reconversiones industriales, reformas laborales, OTAN, Maastricht, GAL, corrupción. Muchas serán las traiciones del partido socialista al socialismo. No obstante, debido a la falta de competidores, siempre conservará su lugar en el sistema del turno. Incluso la constitucionalización del neoliberalismo a través de la reforma del 135CE aparecerá como algo perdonable. Una cosa era defender medidas indefendibles; otra muy distinta, defender que le das el Gobierno al que, en el imaginario de la mayoría, constituía, hasta hace poco, tu principal adversario. Hardcore.
La irrupción de Podemos en el escenario político ha terminado provocando la, por lo menos aparente, muerte del PSOE. Desde el 25 de mayo de 2014, el trasfondo de toda la discusión estratégica en el seno del Partido Socialista giraba en torno a cómo evitar ser devorados por la emergencia de los representantes del cambio. Como bien afirma Manolo Monereo, las credenciales que con su “decisión basada en la no decisión” presentaba Pedro Sánchez ante los poderes fácticos consistían en la demostración de que por él pasaba la única alternativa a regalarle la figura de Jefe de la oposición a Pablo Iglesias. Finalmente, el régimen ha optado por asumir que el bipartidismo es historia. En esta nueva fase, toca Gran Coalición. Toca sacrificar al PSOE para salvar el régimen. Una vez gobierne Rajoy, ya veremos.
Mientras tanto, nos toca, una vez más, asistir avergonzados a la defensa a ultranza del PSOE y su Gran Coalición por parte de aquellos que, insultando la memoria de toda la lucha emancipadora, parecen haber interiorizado, cual replicantes, que “socialismo es lo que hace el PSOE”. La culpa es de Podemos, afirman. Pura decrepitud.
JULIO BASURCO DÍAZ.

domingo, 2 de octubre de 2016

CRÓNICA DE UN ENGAÑO.


La UCD metió a España en la Alianza con solo un 18% de apoyo social. Un año después, el PSOE ganó las elecciones prometiendo una consulta, en la que terminó abogando por la permanencia bajo tres condiciones. Tres décadas después se han incumplido todas ellas.
Este sábado se cumplen 30 años de la celebración del referéndum sobre la salida de España de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Creada en 1949 en el contexto de la Guerra Fría y ante el temor a la maquinaria de guerra soviética y la expansión del comunismo, se formó como una alianza militar intergubernamental por la que los firmantes se comprometían a defenderse mutuamente ante una agresión armada contra cualquiera de ellos. Doce fueron los países que la ratificaron en un primer momento: Bélgica, Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, Francia, Islandia, Italia, Luxemburgo, Noruega, Países Bajos, Portugal y Gran Bretaña. Poco a poco se fue ampliando, hasta conformar la agrupación de 28 países actual que, dada la amenaza global del terrorismo, considera que el espacio de seguridad euro-atlántico incluye todo el planeta. Por ello, está preparada para intervenir militarmente, incluso a nivel ofensivo, a nivel mundial.
España entró a formar parte de la OTAN a principios de 1982. El Gobierno de la UCD dirigido por Leopoldo Calvo Sotelo firmó la adhesión el 10 de diciembre de 1981. Tan solo dos meses antes, un sondeo publicado por El País recogió que solo un 18% de la población española estaba a favor de entrar, mientras que el 52% se declaraba abiertamente en contra y el 30% no sabía o no contestaba.
El apoyo popular a la UCD también cayó en picado. De 6,2 millones de votos en 1979 pasó a no alcanzar el millón y medio en las elecciones de octubre de 1982, en las que triunfó un PSOE que pasó de 5,5 millones de votos a más de 10. Una de las propuestas estrella del por entonces recién llegado Felipe Gonzalez era la celebración de un referéndum sobre la permanencia de España en la OTAN. Sin embargo, en menos de cinco años el líder socialista pasó de abogar por el abandono de la Alianza a defenderla fervientemente, llegando incluso a amenazar con abandonar el Gobierno: "El que quiera votar que no, que piense antes qué fuerza política gestionará ese voto".
"Si en 1981 el PSOE defendía que España debía colaborar con el equilibrio internacional no ingresando en la OTAN, en 1984 argumentaba que debía hacerlo permaneciendo en ella; si en 1981 alegaba que la OTAN legitimaba las dictaduras portuguesa, griega y turca, en 1984 afirmaba que la OTAN reunía países democráticos", resalta el informe Treinta Preguntas sobre la OTAN. Treinta años después del Referéndum elaborado por el Centre Delàs d'Estudis per la Pau.
En el texto, que será presentado este viernes a las 17 horas en el Aula Magna de la Universitat de Barcelona en un acto en el que participarán Enric Prat, Gabriela Serra, Julio Rodríguez o Rafael Grasa, los investigadores revisitan la polémica suscitada por la consulta popular y el cambio de opinión del PSOE en relación a la OTAN.
"El Gobierno del PSOE de Felipe González utilizó toda la fuerza del Estado y los medios públicos para doblegar la voluntad de la población que, en las encuestas, se manifestaba favorable a la salida de la OTAN", denuncia el informe, firmado por nueve autores. A su vez, destacan que en los cuatro años que pasaron desde la victoria socialista en las elecciones (28 de octubre de 1982) a la celebración del referéndum (12 de marzo de 1986, miércoles), el movimiento pacifista y antiOTAN multiplicó su respaldo social, convocando manifestaciones multitudinarias por toda España.
Abierto un profundo debate social en el que participaron movimientos ideológicos diversos, el Gobierno socialista anunció la pregunta del referéndum. Aunque, con el propio González poniendo en juego su continuidad, no dejó al azar su redacción. "La pregunta fue testada en grupos de discusión durante mucho tiempo para lograr el máximo de síes en una población que se sabía que era refractaria, proclive a salir de la OTAN", explica Víctor Sampedro, catedrático de Opinión Pública en la Universidad Rey Juan Carlos.
"Al final dieron con una formulación con una serie de cláusulas, moldeada para conseguir el mayor apoyo posible a la posición del gobierno", continúa el catedrático, que señala que el remate fue la amenaza de González: "Todo ello se hizo en un contexto de chantaje que acabaría convirtiéndose en el típico que ha utilizado el bipartidismo. El PSOE contra el PP. Además la previa era el golpe de Estado del 23-F del 1981, con lo que se mandaba el mensaje de que si salía un voto negativo Felipe González no se presentaría a las inminentes elecciones y el mapa político volvería a ser un caos".

"¿Considera conveniente para España permanecer en la Alianza Atlántica en los términos acordados por el Gobierno de la Nación?" Como señala Sampedro, el Gobierno socialista evitó mencionar "OTAN" en la pregunta, sustituyéndolo por "Alianza Atlántica". A continuación enunciaba que "el Gobierno considera conveniente, para los intereses nacionales, que España permanezca en la Alianza Atlántica, y acuerda que dicha permanencia se establezca en los siguientes términos", que se anunciaban a continuación. Con un 52,5% de votos a favor, 39,85% en contra y un 6,54% en blanco (participación del 59,42%), el pueblo español indicó que deseaba continuar en la OTAN bajo las tres condiciones propuestas. Treinta años después se han incumplido todas ellas:
"1.º La participación de España en la Alianza Atlántica no incluirá su incorporación a la estructura militar integrada" En 1997, con José María Aznar en el Gobierno, España se incorporó a la estructura militar integrada de la OTAN. En 2016 España no solo es un miembro militar completo de la Alianza, sino que es un socio estratégico clave al ser sede de la principal base del Africom (cuerpo estadounidense para la intervención en África, en Morón), uno de los enclaves del Escudo Antimisiles (base naval de Rota) y haber efectuado el primer turno de la nueva punta de lanza de la Alianza: una fuerza de 5.000 efectivos terrestres capaz de intervenir en cualquier teatro de operaciones del mundo en un máximo de 48 horas.
"2.º Se mantendrá la prohibición de instalar, almacenar o introducir armas nucleares en territorio español".
El propio Felipe González se incapacitó a sí mismo para poder hacer cumplir esta cláusula dos años después del referéndum. Firmó un Convenio de Cooperación con el Reino Unido, país que cuenta con armas nucleares, que dicta que "ambos Gobiernos otorgarán las autorizaciones reguladas en el presente Anexo sin solicitar información sobre el tipo de armas a bordo de los buques". Además, los barcos "estarán exentos de inspecciones, incluidas las de aduanas y sanidad", tal y como recogen los investigadores del Delàs. Las sospechas se elevan aún más si se tiene en cuenta el accidente de Palomares, y otro que protagonizó EEUU cuando ocultó al Gobierno danés que los aviones que usaban la base aérea de Thule llevaban armas nucleares: "Este engaño se destapó cuando un avión se estrelló en 1968 con cuatro bombas a bordo y, a raíz del accidente, se produjo una importante contaminación radioactiva", se recoge en la citada investigación.

"3.º Se procederá a la reducción progresiva de la presencia militar de los Estados Unidos en España" Como se ha recopilado en el punto primero, tanto el contingente de militares estadounidenses en España, como la presencia de la OTAN, no solo no ha disminuido sino que ha aumentado. De hecho, debido a la repetida ampliación de los acuerdos con EEUU en la última década, los marines desplegados en Morón se han cuadruplicado.
Treinta años de protestas. El fracaso de la campaña antiOTAN del referéndum tras el giro político del PSOE y su posicionamiento a favor de la permanencia, así como la historia de la violación sistemática de las clausulas estipuladas en el referéndum describen las prácticas políticas propias del régimen del 78.
"Aquella derrota cerró de manera definitiva la transición española de la dictadura franquista a la democracia y los movimientos sociales vieron frustradas sus esperanzas de transformación y ruptura con el viejo régimen. Se puede considerar la integración en la OTAN como el entierro definitivo de las esperanzas de las fuerzas sociales que habían luchado para construir un modelo de democracia más participativo que permitiera intervenir directamente sobre cuestiones de trascendencia. La prueba es que nunca más en España se celebró un nuevo referéndum", sentencian los investigadores del Centre Delàs d'Estudis per la Pau.

CARLOS DEL CASTILLO.

sábado, 1 de octubre de 2016

SACRIFICAR AL PSOE PARA SALVAR A RAJOY.


Ese va a ser el resultado de la grave crisis abierta en el PSOE por un sector del partido manejado por Felipe González y jaleado por el PP y la prensa, especialmente El País, para defender los intereses de la oligarquía financiera y del régimen bipartidista del 78. Veamos algunas claves.

El linchamiento de Pedro Sánchez. Nada justifica la saña con la que se ha tratado al actual secretario general de los socialistas españoles. Salvando las distancias, recuerda el acoso y derribo del presidente Adolfo Suárez por las mismas fuerzas del régimen, desde la derecha más montaraz al mismo Felipe González. Que el PSOE está en descenso electoral permanente es cierto, pero la racha no empezó con Pedro Sánchez. Viene pasando desde hace tiempo, desde el mismo momento en que Zapaterose sentó en la mesa con los caníbales de la troika, en afortunada figura de Rafael Chirbes, negó la crisis, impuso duros recortes y una reforma laboral nefasta y salió corriendo, cediéndole el poder al PP en 2011. Con Rubalcaba se produjo una gran inflexión y caída electoral: pierde votos por abandonar la izquierda. Sólo hay que repasar los viscerales editoriales de El País y la lista de insultos que ha recibido Sánchez para apreciar la magnitud del ataque y los nervios de la oligarquía. Incluso durante la campaña electoral del 25S no han parado las intrigas de barones y baronesa y la proyección de una imagen de conflicto interno. Todo por negarse a facilitar la investidura de Rajoy y -según sus propias palabras- pretender situar al PSOE en una posición de izquierda y de autonomía y contar con las bases.

Felipe González, un político corrupto como gran puntillero de Sánchez. La peor corrupción es la de las ideas. No sé si se ha llevado dinero o no, pero políticamente es un corrupto en el sentido profundo de decir una cosa y hacer la contraria, incumpliendo reiteradamente programas electorales. Presentándose como de izquierda y aplicando políticas neoliberales a favor de las élites financieras. Que se lo pregunten al pueblo con la entrada de España de la OTAN después de jugar a los engaños y a UGT y CCOO con motivo de la jornada de 40 horas, la reconversión industrial, las pensiones, los contratos basura, etc. También se ha beneficiado de una de las puertas giratorias más vergonzosas tras haber privatizado él mismo Gas Natural. Partidario de la gran coalición (PP-PSOE) y ahora de la abstención para dejar gobernar a Rajoy, ha reaparecido como muñidor del golpe de mano en el PSOE.

Guerra civil en el PSOE de resultados negativos en cualquier caso porque, como bien dice Juan Carlos Escudier, los golpistas ya han ganado. El PP tiene más posibilidades de ser investido, se arruina la posibilidad de gobierno de cambio y el PSOE quedaría muy mermado en el caso de nuevas elecciones. Es difícil saber cómo evolucionarán los acontecimientos en una organización con poca participación de las bases y donde los ejercicios de fidelidad a los aparatos suelen ser de pura supervivencia laboral desde que Guerra dijo aquello de que “quién se mueva no sale en la foto”. La división está servida entre los militantes y votantes, como pude apreciar este verano en una familia amiga y votante socialista, donde los padres rechazaban la abstención y la hija la veía como una solución. Los 85 diputados de ahora pueden ser añorados en el futuro tras la inmensa bronca desencadenada. Pero lo que más les dolerá a los militantes socialistas es que toda esta guerra civil sea para que siga Rajoy y/o el PP en el poder y para que Susana Díaz sea la nueva líder.

Los tres bloqueos de la política española.¿Por qué se ha producido este asalto antidemocrático contra el primer secretario general elegido por la militancia en el PSOE? Porque existen unos bloqueos políticos que no parecen tener solución a corto plazo. Por un lado, la existencia de una derecha muy reaccionaria que pensaba que el país era su cortijo y que ha roto muchos de los consensos mínimos de convivencia durante el mandato de Rajoy: recortando servicios públicos esenciales (educación y sanidad), degradando el mercado laboral, reduciendo derechos y libertades, manipulando el poder judicial, etc. No puede pactar con ella nadie que no sea Ciudadanos, esa operación impulsada por los poderes financieros para recuperar los votos que perdiera el PP. Por otro, el pacto de hierro de la oligarquía para que la izquierda no participe en el gobierno: la actual operación de acoso y derribo se pone en marcha justo cuando Sánchez anuncia que exploraría un gobierno de cambio; para estos sectores sería inconcebible un acuerdo con Unidos Podemos. El tercer bloqueo es el no reconocimiento del derecho democrático a decidir de los pueblos de Estado español.

Ante la crisis de régimen que se está viviendo, la oligarquía está dispuesta a sacrificar a quien se deje antes que correr ningún riesgo. Y en este caso la víctima va a ser al PSOE, como ha sucedido cuando la socialdemocracia actúa de doméstica del capital. Es lo que ha pasado con el PASOK griego y lo que seguramente sucederá con el Partido Socialista Francés con su reforma laboral, que regalará el poder a la derecha. Además de las élites locales está el Club Bilderberg detrás de estas operaciones. Siento lo que está pasando en el PSOE, creo que desde posiciones progresistas y autónomas es un partido necesario para el cambio y no se debería romper. Veremos cómo evolucionan las cosas en el interior del partido, los líos estatutarios y judiciales o el movimiento de militantes en la calle. Pero si la crisis se cierra con la imposición de las tesis de los llamados “críticos” quedará un enorme espacio a la izquierda. Espacio que habrá que rellenar evitando los conflictos gratuitos en las otras fuerzas de la izquierda, fortaleciendo la unidad y abriendo las puertas a todas aquellas personas que se quieran incorporar al proyecto de profunda transformación que este país necesita.

AGUSTÍN MORENO.